Siempre me ha gustado escribir, me apasiona contar historias. Siendo muy pequeña cuando me aburría o estaba nerviosa escribía relatos, siempre me ha entretenido y aportado paz. Desde entonces escribir se ha convertido en uno de mis hobbies favoritos para entretenerme y relajarme. Los relatos y novelas cortas dieron lugar a los cuentos infantiles, una vez que me hice mamá. Así compagino los cuentos populares con los de cosecha propia, para contar a mis frutit@s cada noche.
A pesar de esto nunca me había planteado escribir un blog. Esta aventura se la debo a mis compis de curro. Todas las mañanas
a la hora del desayuno en la oficina, mis compañeras hablaban de sus
respectivos blogs. Una de ellas tiene un blog con recetas de cocina, otra de
trucos de belleza, otra tiene uno donde nos enseña sitios chulos de la ciudad
para ir a comer, cenar, de copas, a bailar... , otras cuantas se fotografían
con sus modelitos cada día... De hecho éstas aprovechaban ese rato para que
alguna de las otras le echáramos fotos para subir un post con el modelito del
día, etc...
Con tanto blog para arriba y para abajo me entró el gusanillo...
¡Yo también quería un blog! Pero claro... no soy nada cocinillas (me encanta
comer eso sí, pero me temo que eso no es suficiente), no soy experta en belleza (aunque me gusta cuidarme y tengo mis truquillos y mis indispensables), desde que tengo hijos, mis salidas a sitios
"in" de la ciudad se han reducido bastante, luego imposible escribir
sobre ello, y por supuesto totalmente descartado lo de subir una foto luciendo "michelines" con mi modelito del día, que por desgracia no es lo que más se lleva
sino lo que más me favorece para "intentar" ocultar mis muchos
defectos (cosa que no siempre consigo, dicho sea de paso).
En conclusión ante tal panorama lo tuve claro, escribiré sobre mí y
mis vivencias. Yo no soy más que una treintañera que ha llegado a esta década
en un abrir y cerrar de ojos, que me visualizo en mi mente tal y como era hace
10 años (cosa que el espejo se encarga de desmentirme cada día) y cuya vida
actual gira en torno a mis dos frutitos. Ya mi vida no es sin ellos.
Ellos me han hecho madurar, pero también son los responsables de que siga
siendo una pequeña Peter Pan, una auténtica soñadora. Mis dos frutitos han
llenado mi mundo de piruletas y algodón de azúcar. Vale, también de carreras,
estrés, dudas y miedos, pero sobre todo han traído la ¡FELICIDAD!
Así pues, comenzó este blog. Un sitio en el que quiero compartir
mis experiencias y mis pensamientos. Las primeras por si puedo ayudar a alguien
que actualmente este viviendo eso por lo que ya yo he pasado y las segundas por
si alguien quiere compartir conmigo sus reflexiones sobre el tema en cuestión.