A mí me pilla relativamente “inexperta” en el mundo de los
deberes para casa. Manzanita acaba de entrar en infantil, luego de momento con
ella aún no estamos en estas guerras. Melocotón ha empezado primaria este año
y con ello las tareas diarias para casa. Si bien he de decir que no nos lleva
más de 15-20 minutos y luego dedicamos 10 minutos a la lectura. Por tanto, de
momento, no es nada dramático pues como máximo solo nos roba media hora de
nuestra tarde.
Ahora bien, es un tema espinoso. Por una parte me parece
bien eso de mandar deberes desde muy pequeños (1º de primaria) para que vayan
creando un hábito de estudio y adquieran cierta rutina y responsabilidad. Por
otro lado, es verdad que salen del cole (por los menos mis frutitos) a las 5 de
la tarde y luego muchos niños tienen extraescolares (en mi caso, tenemos
extraescolares dos días a la semana), por lo tanto el tiempo que les queda
“libre”, de ocio para jugar, dibujar, hacer puzles, hacer manualidades… es muy
limitado.
Los dos días que tenemos extraescolares llegamos a casa a
las 19:30, mi frutito no tiene tiempo nada más que para hacer la tarea, pues a
las 20 empezamos con los baños. Continuamos con las cenas y a las 21-21.15
(como tarde) están en la cama. Es cierto que hay muchas voces que creen que el
problema de que no tengan tiempo “de ocio”, es de las extraescolares y que los
padres sobrecargamos de éstas a nuestros hijos desde muy temprana edad.
Durante estos días y desde que CEAPA abriese el debate, he
leído comentarios y opiniones de todo tipo. Desde quién está totalmente en
contra de los deberes para casa, pues consideran que para eso está el colegio y
que una vez que salga de éste el tiempo debe estar destinado al “ocio” del
niño, que para eso son niños. Hasta los que piensan que esta postura lo que
crea es a niños “vagos” que dará lugar a adultos holgazanes.
Pues bien, yo creo que en este tema, como en cualquier otro,
no todo tiene que ser blanco o negro. Existe una amplia y maravillosa gama de
grises, en la que podemos encontrar un término medio.
Como ya he dicho, no me parece descabellado dedicar media
hora de la tarde a hacer deberes, pues esto crea hábito y rutina en el niño,
además de una responsabilidad diaria para el menor, que le va a servir para ir
adquiriendo mayores responsabilidades a medida que va creciendo. En cambio,
estoy totalmente en contra de que los niños se pasen toda la tarde haciendo
deberes, porque igual que nosotros necesitamos tiempo “de ocio” para hacer lo
que nos apetece y nos relaja, nuestros hijos también tienen este derecho.
Además esto no implica (como he leído por ahí estos días) que los niños se
vayan a tumbar a ver la tele durante toda la tarde, pues hay un sinfín de
actividades y cosas para hacer: jugar en el parque, correr, saltar, montar en
bici, jugar con el balón, bailar, dibujar, colorear, hacer puzles, ayudar a
mamá a cocinar, jugar con juegos de mesa, hacer manualidades… Incluso leer,
escribir y hacer cuentas, si es esto a lo que tu hijo quiere dedicar su tiempo
“libre” o de “ocio”.