Cada vez queda menos para conocer a Plátano baby, aunque se trata de mi tercer embarazo tengo los mismos nervios e ilusión que con el primero y el segundo. Cada embarazo es diferente, igual que cada hijo. Pero lo que sí está claro es que los quieres a todos igual e intentas educarlos y criarlos del mismo modo. Con mis dos mayores he sido muy de apego y desde el nacimiento he practicado el porteo y es algo que pretendo hacer también con mi Platanito.
Con Melocotón, allá por 2010 no tenía tanto conocimiento sobre el porteo y hasta llegar al fular, besé algún que otro sapo, pues me regalaron un pañuelo y una mochila portabebés que no eran cómodas ni para mi pequeño, ni para mí.
Por aquel entonces más que por una necesidad usé el fular para potenciar el apego con mi hijo, pues todo mi tiempo era para él. Mis casi 5 meses de baja maternidad los pasé en exclusiva con él dedicándole todo mi tiempo. A mí me encantada llevarlo colgado a mí piel con piel y él estaba muy a gusto y feliz.
Además el porteo desde el nacimiento tiene grandes beneficios para el recién nacido:
➤ Les ayuda a adaptarse de la vida intrauterina al exterior.
➤ Estimula, favorece y facilita la lactancia materna.
➤ Ayuda al recién nacido a sincronizar sus ritmos vitales con los de su madre, que son los que ha estado escuchando durante 40 semanas.
➤ El piel con piel con la madre y el movimiento de ésta ayuda a su digestión y previene el reflujo.
➤ El apego con la madre hace que llore menos y esto hace más improbable que se desencadene en el recién nacido el cólico del lactante.
➤ Favorece el sueño del bebé y el descanso de la madre.
➤ Fomenta su correcto desarrollo psicomotor, ya que desde se respeta su postura fisiológica natural.
➤ Cuando es el padre el porteador permite desarrollar el vínculo entre el padre y el bebé.
Con Manzanita usé el mismo fular y desde el nacimiento la porteé con él. En este caso además de por todos los beneficios que os he expuesto y para potenciar el apego, entró en juego la necesidad. Con un niño de 3 años que reclamaba mi atención y requería mi ayuda aún para muchas cosas, portear a Manzanita fue de gran ayuda.
Mientras ella estaba feliz siendo porteada, yo podía prestar atención a su hermano y éste no sentía un "abandono", algo que interpretan muchos hermanos mayores con la llegada del nuevo bebé.
El fular que usé con Melocotón y Manzanita ya ha pasado a mejor vida, sinceramente no sé a quién lo presté sin vuelta. Eso típico que haces cuando ya crees que no tendrás más hijos "No hace falta que me lo devuelvas yo ya no lo voy a necesitar". Pues fijaos por donde sí que lo voy a necesitar, pero no hay mal que por bien no venga y así podré comprarme este precioso fular elástico portabebés.
Mi antiguo fular portabebés no era elástico y me apetece mucho tener uno elástico, pues seguro que con él disfrutamos muchísimo más, los dos, del porteo ergonómico.
También he estado mirando la mochila portabebés para más adelante, cuando ya Plátano baby pese más y así poder portearlo durante más tiempo, algo que ya con dos en casa me va a venir genial, sobre todo para el momento recogida colegios e idas y venidas a extra escolares varias.
Al fin puedo decir que me ha entrado aquello de la "preparación del nido" y he empezado cubriendo el porteo, algo fundamental en mi modo de crianza.