Hasta los 4 meses de edad mi Melocotón estuvo durmiendo en nuestra habitación, así si alguna vez se despertaba por la noche con hambre lo oía fácilmente, lo cogía le daba el pecho y luego lo volvía a meter en su mini-cuna que estaba pegada a nuestra cama.
A partir de los 4 meses la mini-cuna se le empezó a quedar pequeña y lo tuvimos que pasar a la cuna grande. Como le compramos una de esas cunas que se convierten luego en camita pequeña las dimensiones eran demasiado grandes y si la metíamos en nuestra habitación (donde tenemos una cama de matrimonio enorme) quedaba todo demasiado ahogado, así que la cuna la teníamos montada en su habitación. En consecuencia a esto, con tan solo 4 meses nuestro frutito se fue a dormir a su habitación, aunque me daba mucha pena pues lo veía aún demasiado pequeño para dejarlo tan solito en otra habitación y en una cuna tan grande, pero ya en la mini-cuna no estaba cómodo.
Esto nos creó la necesidad de adquirir un vigilabebés con cámara para poderlo ver desde nuestra habitación y enterarnos si lloraba, si le entraba hambre... pues ya no lo tendríamos tan cerquita. Para nuestra sorpresa el Melocotón se adaptó muy bien a este cambio y se quedaba muy contento en su cuna mirando su móvil de elefantes y se dormía rápidamente. Cuando lo acostábamos conectábamos la cámara que apuntaba directamente hacia su cunita y no nos separábamos del monitor, así vigilábamos sus sueños y aunque estuviésemos cenando o ya en nuestra habitación siempre lo teníamos controlado.
A partir de este momento cada vez que lloraba por hambre durante la noche, nos enterábamos gracias a la cámara, nos levantábamos "él" o yo, lo cogíamos, nos lo llevábamos a nuestra cama y ahí nació el colecho en villa frutitos.
Una vez que nos metíamos al Melocotón en la cama, nos acomodábamos para que tomase pecho, en muchas ocasiones tumbados los 3, estábamos tan cómodos y nos daba tanta pereza volvernos a levantar que ya lo dejábamos en la cama con nosotros y así es como empezamos a practicar el colecho y cogerle gustillo. Aunque a las 9 cuando lo acostábamos lo metíamos en su cuna y ahí pasaba gran parte de la noche, cuando se despertaba y lloraba por hambre lo metíamos en nuestra cama para que comiese y ya lo dejábamos. Luego practicábamos el colecho "a medias" y así es como siempre lo hemos practicado.
Por eso siempre he dicho que aunque en villa frutitos practicábamos el colecho siempre ha sido imprescindible el vigilabebés, pues era la cámara colocada en su habitación la que nos chivaba que el Melocotón quería tomar teta y venirse a la cama de papá y mamá. Así que aunque mucha gente piensa que el vigilabebés es innecesario si en casa lleváis a cabo esta práctica, para nosotros era imprescindible, pues nuestro colecho siempre ha sido muy particular.