Mi segundo embarazo fue muy diferente al primero. Estuve muchísimo más tranquila, mis hipocondrías se esfumaron y fue una etapa dulce. Supongo que a esto contribuyó que tenía ya un niño de 3 años que requería toda mi atención y me dejaba poco tiempo a pensar y preocuparme en exceso por nada.
También imagino que hay momentos en la vida de la mujer, en las que estamos relajadas, contentas y felices y esto influye muchísimo en todo. Pues en mi segundo embarazo estaba justo en una de esas etapas dulces de mi vida y todo fue coser y cantar.
No tuve ningún problema durante todo el embarazo, la niña fue desarrollándose y creciendo perfectamente y casi sin darme cuenta llegó el momento del parto.
Dos días antes de mi fecha problable de parto fui a monitores. Allí estuve un ratillo tranquilamente y me volví a casa pensando que Manzanita aún tardaría en llegar, pues la enfermera me aseguró que no tenía ni una sola contracción y que aún no había dilatado nada.
Ese mismo día, 22 de noviembre, era el cumpleaños de mi hermana pequeña, que por aquel entonces vivía en Madrid como yo (ahora la tengo muy lejos viviendo en Estocolmo) y le preparé una cena sorpresa en casa. Así que me pasé toda la tarde organizando todo para la cenita.
La cena fue estupendamente, los invitados se fueron pasadas las 2 de la mañana y recuerdo como una de ellas me dijo literalmente "Aún te falta para parir, no tienes cara de ponerte de parto pronto". Así que entre lo que me habían dicho por la mañana en el hospital y lo convencida que me dijo ella que no iba a parir todavía, pensaba que pasaría mi fecha propuesta de parto (24/11/2013) y aún Manzanita estaría unos días dentro de mí.
Me fui a la cama tranquilamente. A las 7 de la mañana me desperté para hacer pis, ya sabéis las que habéis estado embarazada que a esas alturas del embarazo la vejiga no aguanta mucho y tenemos que levantarnos en algún momento para ir al baño a descargarla.
Al limpiarme vi un poquito de sangrado marroncito, pero muy débil, entonces no le di más importancia y volví a la cama.
A las 8:30 empecé a notar un poco de molestias por el bajo vientre, pero también algo muy ligero.
Mis hermanas, la del cumpleaños y mi hermana mayor que también vive en Madrid, se habían quedado esa noche a dormir en casa, ya que la cena acabó tarde. Estaban en la habitación de invitados y escuché como se levantó la mayor, pues ese sábado se bajaba a Sevilla con su novio, que vivía allí por aquel entonces.
Le dije que me encontraba un poco rara, tenía un leve dolor y estaba echando flujo marroncito, pero ella que "de todo sabe" (aunque jamás había dado a luz, ni estado embarazada) me dijo "Eso no es nada, vete a la cama un rato más que yo me voy a Atocha". Ella se marchó y yo me volví a meter en la cama.
A los 20 minutos me volví a levantar porque empezaba a tener cada vez más molestias. Desperté a papá de frutitos y se lo dije. Me preguntó si creía estar de parto y la verdad es que no sabía decirle. Nunca antes nos habíamos puesto de parto, ya que el primer parto fue provocado, así que los dos estábamos un poco como primerizos.
Decidimos desayunar, ducharnos e irnos tranquilamente al hospital. Mientras desayunaba empecé ya a sentir las primeras contracciones, propiamente dichas, pero aún espaciadas. Así que me fui tranquilamente a la ducha.
Pero en la ducha, aquello empezó a acelerarse cada vez más, las contracciones empezaron a ser un poco más seguiditas y un poco más dolorosas, sin resultar todavía un dolor muy fuerte.
Papá de frutitos ya empezó a ponerse un poco nervioso y también mi hermana pequeña que se había despertado con el alboroto. Finalmente decidió llamar a un taxi para no perder tiempo aparcando porque ya tenía las contracciones menos espaciadas en el tiempo.
En paralelo mi hermana mayor había llamado a mi madre que estaba aún en Cádiz y salía esa misma mañana para Madrid, diciéndole que yo sentía molestias. Ella nos llamó y le dije que creía ya estar de parto. Mi hermana mayor no se marchó a Sevilla y volvió a mi casa, aunque ya cuando llegó yo estaba camino del hospital.
Mis padres salieron pitando para Madrid. Ellos querían subirse antes, pero yo les dije que era una tontería pues aún no había tenido ni una sola contracción, tenía la tripa aún muy alta y seguro que Manzanita llegaría más tarde del 24 de noviembre, la fecha probable de parto. Pero mi madre quería estar antes, así que las dos decidimos que se subieran el 23 de noviembre.
Llegamos al hospital a las 10.25 ya tenía más contracciones y más seguidas, pero tampoco era nada muy exagerado. Sin embargo cuando la enfermera me hizo el tacto empezó a gritar como una loca "Que venga el marido, que luego arregle los papeles" me dijo que me subiese en una silla de ruedas y un celador me subió rápidamente gritando "Secundípara de 7"...
Sí, estaba ya dilatada de 7 cm. y casi no me había enterado. Cuando me llegamos a la sala de dilatación me volvieron a hacer otro tacto y ya estaba de 8 centímetros. Así que aunque dije que quería la epidural porque ya sí que empezaba a notar las contracciones más fuertes, me dijeron que ya no daba tiempo. El matrón me dijo literalmente "Dame tu mano, ésta es la cabeza de tu hija. Ya está aquí".
Dicho y hecho, allí mismo en unos cuantos empujones, que no por pocos no fueron dolorosos, llegó mi preciosa hija a las 10:50. Solo 25 minutos después de entrar por las puertas del hospital. Por este motivo para mí el parto de Manzanita fue un parto placentero. Porque en cuestión de minutos ya no había dolor solo placer por verla sana y tenerla en mis brazos.
No sé si es amor de madre pero era la bebé más preciosa que había visto nunca, perfecta y bonita. Nació tan rápido que parecía una niña de cesárea, al menos eso me dijeron el matrón y la enfermera, pues no estaba morada y la cabecita estaba perfecta.
Nació el 23 de noviembre de 2013 a las 10:50 de la mañana, peso 3,150 kg y midió 50 cm. para muchos de vosotros será poco pero para mí era enorme en relación con los 2,500 kg de su hermano que era un ratoncito.
Nuestros familiares alucinaron de la rapidez con la que llegó nuestra niña. A la familia de papá de frutitos, que vive en Madrid, no les había dado tiempo ni de llegar al hospital. Por supuesto mis padres llegaron horas más tarde, pues el nacimiento les pilló en la carretera a pocos kilómetros de su casa. Y eso que yo le había dicho a mi madre por teléfono, que seguro que cuando llegasen aún no había nacido que eso no iba a ser tan rápido. Pero por suerte para mí lo fue, rápido y fácil, como todo con mi niña.
Ya os hablaré en otro momento del postparto con ella, pero fue igual de indoloro y fácil como su parto, nada que ver con mi primer postparto, dicho sea de paso.
A ver como es el parto de Plátano baby, rezo porque se parezca al de su hermana, pero algo me dice que éste no va a ser tan rápido. Aunque lo que de verdad deseo con todas mis ganas es que nazca sano, tarde más o menos, pero que todo vaya bien y sea un niño sano, como sus hermanos.
Dicho y hecho, allí mismo en unos cuantos empujones, que no por pocos no fueron dolorosos, llegó mi preciosa hija a las 10:50. Solo 25 minutos después de entrar por las puertas del hospital. Por este motivo para mí el parto de Manzanita fue un parto placentero. Porque en cuestión de minutos ya no había dolor solo placer por verla sana y tenerla en mis brazos.
No sé si es amor de madre pero era la bebé más preciosa que había visto nunca, perfecta y bonita. Nació tan rápido que parecía una niña de cesárea, al menos eso me dijeron el matrón y la enfermera, pues no estaba morada y la cabecita estaba perfecta.
Nació el 23 de noviembre de 2013 a las 10:50 de la mañana, peso 3,150 kg y midió 50 cm. para muchos de vosotros será poco pero para mí era enorme en relación con los 2,500 kg de su hermano que era un ratoncito.
Nuestros familiares alucinaron de la rapidez con la que llegó nuestra niña. A la familia de papá de frutitos, que vive en Madrid, no les había dado tiempo ni de llegar al hospital. Por supuesto mis padres llegaron horas más tarde, pues el nacimiento les pilló en la carretera a pocos kilómetros de su casa. Y eso que yo le había dicho a mi madre por teléfono, que seguro que cuando llegasen aún no había nacido que eso no iba a ser tan rápido. Pero por suerte para mí lo fue, rápido y fácil, como todo con mi niña.
Ya os hablaré en otro momento del postparto con ella, pero fue igual de indoloro y fácil como su parto, nada que ver con mi primer postparto, dicho sea de paso.
A ver como es el parto de Plátano baby, rezo porque se parezca al de su hermana, pero algo me dice que éste no va a ser tan rápido. Aunque lo que de verdad deseo con todas mis ganas es que nazca sano, tarde más o menos, pero que todo vaya bien y sea un niño sano, como sus hermanos.