Desde muy pequeña he sido una gran apasionada de la lectura, deseaba que llegara un cumpleaños, santo (que en Cádiz somos mucho de celebrar los santos), los Reyes Magos o cualquier ocasión especial para que me regalaran libros nuevos. Por tanto desde mi infancia lectura y ocio han ido de la mano y esto mismo es lo que he intentado transmitir a mis frutitos.
Antes de saber leer, cogía libros y hacía como que leía. Según me cuentan, cuando mi hermana mayor estaba aprendiendo (por aquel entonces yo tendría 3 años) me ponía a su lado y hacía como que leía repitiendo cada una de las palabras que ella iba leyendo. Tenemos una foto muy graciosa en nuestro álbum familiar que muestra este momento, mi hermana está con un libro leyendo y yo estoy con otro libro a su lado haciendo como que leo (se ve que solo aparento porque tengo el libro del revés).
Bueno que me enrollo y me voy del tema, a lo que iba que siempre desde bien pequeña he sido una gran lectora, primero llegaron los libros de cuentos (mi primer libro de cuentos aún está en la estantería de mi cuarto en casa de mis padres, me sabía cada uno de esos cuentos de memoria de tanto que los leí), luego vinieron los libros de las primeras lecturas con mucho dibujo y pocas letras y al poco tiempo llegó el que se convertiría en el libro favorito de mi infancia “El principito”.
Me lo regaló mi padre en junio de 1989 como regalo fin de curso. ¡Me encantó! Durante mi infancia me leería este libro unas 8 veces (sí, sí, que ya, que los andaluces somos un poco exagerados… pero en este caso no exagero, en serio).
En cuanto nació Melocotón tuve claro que le tenía que regalar “El principito” pues es el libro de mi infancia, me marcó mucho y quería que mi frutito también lo tuviese. Además siempre he tenido claro que quería que mis hijos vivieran rodeados de libros, como os conté en el post “Mamá yo también quiero leer”. Sin embargo él me dijo que me esperara un par de años, por lo menos que pudiese abrir el regalo. Así que eso hice y para sus segundos Reyes llegó “El principito”.
Este libro no tiene nada que ver con el que yo tenía (y sigo teniendo), este es pop-up y tiene ilustraciones desplegables y visualmente es precioso. Cuando frutito abrió su libro no le emocionó lo más mínimo, era de esperar, por aquel entonces solo tenía dos años y poco. Aunque yo me encargué de leerle todo el libro página por página y enseñarle cada una de sus ilustraciones (lo fuimos haciendo poco a poco, no os penséis que fue en un día, pobrecito mío). Cuando mi Manzanita tenía la misma edad hice exactamente lo mismo con ella, este libro les tiene que gustar sí o sí ¡jajaja!
Podría hablaros del argumento del libro, pero lo hemos leído casi todos, así que no descubriría nada nuevo, también podría citaros mil frases preciosas que esconde entre sus páginas pero tampoco es plan de hacer un post interminable, por ello solo os voy a mencionar una de ellas. El secreto que le cuenta el zorro al principito “Es muy simple: no se bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. Ahí lo dejo, no necesita más explicación, es la pura realidad.
Si quieres comprar esta preciosa versión de "El Principito" de la editorial Salamandra pincha aquí.
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